Cada semana se sienta en el banquillo del Arsenal un hombre que ha revolucionado el fútbol inglés, ha conseguido grandes éxitos y se ha labrado una excelente reputación como formador de grandes talentos. A su lado se sienta Arsene Wenger. El hombre en cuestión se llama Vic Akers, utillero en jefe de los Gunners, pero más conocido en el fútbol inglés como una figura pionera del fútbol femenino.

Cuando en 1987, Akers llamó a la puerta del presidente del Arsenal para sugerirle que creara un equipo de mujeres, no tenía ni idea de que aquella propuesta le cambiaría la vida. En los 22 años siguientes, Akers guió a las futbolistas del Arsenal a la conquista de 32 grandes trofeos, sin dejar nunca de formar un equipo que, en 2007, ganó lo que los hombres de Wenger no han alcanzado todavía: el título de campeón de Europa.

Pero cuando repasa sus muchos logros, no son los títulos continentales ni nacionales, ni los cinco años y 108 partidos de imbatibilidad en Inglaterra lo que el entrenador de 63 años considera su gesta más notable, así como tampoco haber dado al mundo estrellas del fútbol femenino de la talla de Kelly Smith o Faye White. Lo que Akers destaca como su gran legado es el progreso del fútbol femenino en su país natal y el éxito que de él se ha derivado. Akers se ha apeado este año del cargo de entrenador del equipo femenino del Arsenal.

"Ése es el logro del que no sólo yo, todos nosotros podemos sentirnos más orgullosos", explica a FIFA.com. "Elevamos el fútbol femenino a una altura completamente nueva en este país. Ni que decir tiene, ver cómo Inglaterra llegaba a la final de la Eurocopa fue fantástico. Quiero creer que tuve algo que ver en ese éxito. Muchas de aquellas jugadoras han salido de la cantera del Arsenal y, por lo que parece, han recibido una buena formación. Está claro que actualmente Inglaterra es capaz de medirse en cualquier momento con los mejores equipos del mundo; se nota que va a más. El hecho de que las inglesas ganaran el Europeo Sub-19 indica que la tendencia sigue. La calidad, tanto en mi país como en todo el mundo, sigue mejorando cada año. Es estupendo".

Aunque el panorama general ofrece una imagen muy positiva, Akers está convencido de que el fútbol femenino nacional e internacional se aproxima a una encrucijada. El progreso continuo, según Akers, depende del desarrollo de las diversas ligas nacionales y, en Inglaterra, eso conlleva adoptar un formato de liga de verano que no coincida con la temporada masculina predominante. “La estructura de la liga y el lugar que ocupe el fútbol son las cuestiones que más importan en Inglaterra, y ambas están interrelacionadas", afirma. "Según yo lo veo, es imprescindible trasladar la liga femenina al verano porque, tal y como está ahora, competimos con la Premiership y con la Liga de Campeones, y está claro quién saldrá ganando”.

“En este país, a la gente le encanta disfrutar de nuestro deporte y, durante el verano, cuando todos andan desesperados por ir al fútbol, creo que la idea de ver un partido de las chicas de tu equipo, con buen tiempo y en un terreno de juego en buen estado, resultará mucho más atractiva. De hecho, creo que les encantará. Cuanto más público venga, más minutos de televisión conseguiremos, el patrocinio se dará por añadidura y tendremos más posibilidades de mantener y atraer a las mejores jugadoras, y de perfeccionar su juego”.

En cuanto a Akers, sigue supervisando la estructura de los equipos femeninos del Arsenal en calidad de director general, aunque admite que añora la relación diaria a la que se ha acostumbrado en los 22 años que ha pasado como entrenador. Pese a todo, a este incondicional de los Gunners le reconforta saber que el club ha dado pasos de gigante durante su etapa en el cargo, repleta de éxitos, y mantiene que el ejemplo del Arsenal indica a las claras la influencia que los grandes clubes pueden, y deben, ejercer en el fútbol femenino.

"Eché en falta el trabajo de entrenador inmediatamente", admite. "Pero tomé una decisión, y sigo estando ahí para ofrecer orientación y consejos a las jugadoras siempre que me necesiten. Lo que puedo prometerles es que pertenecen a un club completamente entregado y comprometido con su equipo femenino, y así ha sido desde el principio. Confío en que otros clubes importantes empiecen a comprometerse como lo hemos hecho nosotros, porque sin duda alguna los grandes tienen el tirón y el poder necesarios para subir el nivel del fútbol femenino".


Fuente: Fifa.